17 d’agost del 2011

Pausa publicitària: Pel·lícules

- Si no me lo cuentas no te lo voy a perdonar nunca. ¡Nunca! ¿Me oyes?
- Yo así no puedo hablar.
- ¿Hablar? Pero si eres tú el que no me habla, que te lo tragas todo tu solito. Y yo no sé cómo ayudarte porque no me dejas. Es que todo está lleno de ti, y yo aplastada en un rincón, porque no puedo entrar. Mira... es que tú estás hecho para vivir solo, y torturarte solo, y envenenarte con tus putas neuras, que nunca comprendo. ¡Es que tu estás enfermo, Lorenzo! Estás enfermo de ti, de tu exigencia de ser escritor y nada más, y de tus putos secretos. Y claro, sólo esperas de mi que esté a tu lado, pero sin saber mucho. Porque yo no cuento ni para quejarme. Porque a ti... a ti te importa una mierda lo que me pase, y porque el de los problemas profundos eres tú. Porque claro, yo debo ser gilipollas y lo único que te importa de mi es que me pueda tirar a mi jefe. Mira, estoy agotada, me estoy volviendo loca a tu lado, y además voy a llegar tarde al curro. Aprovecha ahora que te dejo a solas en tu agujero... para poder irte, sin que lo sepa nadie. Mira Lorenzo, yo nunca había sido tan asquerosamente mala con nadie como ahora contigo, pero es la última vez que me permito hablarte así. En esta ocasión no lo hago por ti, si no por mi. Eso es. Voy a empezar a pensar en mi, en lo que me conviene, porque veo que contigo no tengo futuro. 

Lucía y el sexo

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